26 de junio de 2019

Vida y obra de fray José de Sigüenza



Antonio Nicolás Ochaíta: “Vida y Obra de Fray José de Sigüenza”. Aache Ediciones. Guadalajara, 2019. 418 páginas en tamaño 17 x 24 cms. ISBN 978-84-17022-91-4. PVP.: 30 €. En Amazón se consigue en dos días: https://www.amazon.es/gp/offer-listing/8417022910


Se ha hecho esperar, pero al fin ha llegado. Una obra completa sobre la figura de un seguntino ilustre, José de Espinosa, a quien la memoria colectiva le guarda su nombre de religioso como fray José de Sigüenza, y los tratados de literatura le ponen en los primeros renglones de los autores máximos del Siglo de Oro español.
De los libros de fray José ha quedado memoria en los anales de la historia literaria, porque sus tratados históricos sobre la Orden de San Jerónimo (española y universal, durante siglos) y sobre la construcción y decoración del monasterio de El Escorial, se consideran modelos de elegancia, de sensatez, de minuciosidad y buen decir. A ello, debe añadirse un buen número de obras menores, las unas de historia, las otras de espiritualidad, algunas de poesía y varios discursos. El análisis de esta obra ha sido hecho, en primer lugar, por quien fuera Cronista Provincial de Guadalajara en el siglo XIX, don Juan Catalina García López, y después por todos los antólogos del buen decir castellano. En este libro que ahora nos llega a las manos, el núcleo está constituido por el análisis de esa obra, de la que aparecen fragmentos seleccionados, bien comentados, y dispuestos en orden de fácil comprensión. Pero es paso previo a ello el análisis biográfico, la enjundia vital del personaje, del que hoy se sabe que fue nacido en Sigüenza (de una pareja un tanto marginal, aunque dedicada al cuidado de su hijo, que creció feliz, jugando y estudiando, en la Ciudad del Doncel). Las fechas de fray José son 1544 para el nacimiento, y 1606 para la muerte, que le sobrevino en El Escorial. Entre medias, viajes por Castilla, estancias en Segovia (el Parral, donde profesa), Madrid, y El Escorial, donde alcanza a ser prior, y mentor máximo, amigo entrañable del rey Felipe II, estrella de todos los firmamentos de por entonces. Con motivo del 475 aniversario de su nacimiento, se ha puesto en órbita este libro.
Solo con echar un vistazo al Índice, el lector colige muy pronto de qué va la obra. Es investigadora, porque algún dato nuevo aporta sobre el personaje, pero sobre todo es analista, y divulgadora. Tras un prólogo del autor, y otro de Antonio Herrera Casado, Cronista provincial de Guadalajara, Nicolás Ochaíta centra al lector en el lugar y en la época: la ciudad de Sigüenza, la mitad del siglo XVI, con el Renacimiento vivo todavía. Y tras ofrecer la clave de los documentos que le sirven de apoyo, el autor entra al análisis meticuloso de la vida del personajes, del proceso inquisitorial que sufre, de las amistades que tiene, y de su personalidad. Para seguir luego, en extenso, y al detalle (con jugo y sabores diversos) con el análisis de su obra, de toda ella: de la impresa, y muy conocida, y de la que quedó manuscrita, difícil de acceder a ella, pero muy interesante. Entre otras aportacones de Antonio Nicolás, destacaría el capítulo en que le considerar “crítico de arte”: sin duda fue el introductor de la gran pintura europea en España, entre otras figuras la de El Bosco, que llega a la corte filipina, para hoy integrar el mejor conjunto de sus obras en El Prado de Madrid.
Recoge el autor las valoraciones que sobre fray José han expresado otros investigadores. De todos ellos se aprende algo nuevo, algún nuevo punto de vista. Y por supuesto hay un capítulo final, que por inesperado, e interesante, suma puntos a la obra. Es el titulado “Curiosidades y algún escrito de Fray José de Sigüenza”. Una obra que llena un verano (con su lectura) y una vida (la de Antonio Nicolás) con su escritura. Un éxito pleno, en el que algo pueden presumir los maquetadores de la editorial Aache, esa empresa editorial cuya labor cultural en Guadalajara sobrepasa ya cualquier dimensión laudatoria. El libro tiene una presencia solemne, hermosa, está ampliamente ilustrado, con muchas imágenes en color, y otras en tonos de grises. Tiene abundante bibliografía, índices, notas, y sobre todo, un resplandor interior que a quien lo lea, completo (se puede leer también a fragmentos, por supuesto, entendiendo el conjunto sin problemas) le va dejar deslumbrado durante una temporada.

Sabemos que va a presentarse en una jornada académica, en Sigüenza, en el transcurso de las Jornadas de Estudios Seguntinos, este año de 2019, y será el autor quien explique el sentido, y los alcances, de su obra. Desde aquí, -porquela hemos visto y leído ya- podemos decir que son grandes, ambiciosos, llenos de sentido y cuajados de información. Lo que en su conjunto nos hace seguir siendo entusiastas de los [buenos] libros de historia, que nos desvelan con verdad el pasado.

24 de junio de 2019

Una mirada sobre el Museo de Guadalajara



Guía pedagógica de las salas de etnografía del Museo Provincial de Guadalajara”. Museo de Guadalajara. Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. Guadalajara, 1983. Tamaño 21 x 29,7 cms. 46 páginas, ilustraciones.
Guardado durante años, este librito estaba esperando caer en manos de la juventud del siglo XXI, que trata de recuperar memorias idas de sus pueblos y aldeas. Con ocasión del Solsticio Folk 2019 y de la Jornada del “Jardín de las Tradiciones” celebrado en Guadalajara el 22 de junio de 2019, se ha repartido esta publicación, que trataba de dar visibilidad a los fondos de tema etnográfico que durante la dirección del Museo por parte de Dimas Fernández-Galiano y con la colaboración de María del Sagrario Benayas García, se hizo para mostrar a los jóvenes las formas de vida tradicional.
El folleto, en gran tamaño, es sencillo y muy útil. Se inicia con las características general de la provincia de Guadalajara, a las que siguen atinadas observaciones sobre la vida del pastor y su rebaño, que era el tema de la Sala I. Después, en la Sala II, se ofrecen piezas y comentarios de “el ciclo cerealístico”, el molino hidráulico, la panificación, la matanza del cerdo, la arquitectura popular y la apicultura. Ya con ello, la visión de la etnografía provincial entraba en materia, siguiendo el contenido de la Sala III donde se ofrecen grandes muestras de la artesanía textil y de la indumentaria folklórica.
En la Sala IV había numerosas vitrinas, en las que se exponían piezas relativas a la cerámica y el hierro. Un acopio de elementos, técnicas, costumbres y piezas que revelaban la esencia de la vida antigua, rural, en trance de desaparición. Una bibliografía amplia también completaba el volumen. Que ha sido un acierto ahora, por parte del Museo de Guadalajara, ofrecer en este tipo de desapego por todo lo rural, tanta información y muestras, lo cual merece un sentido aplauso.