9 de noviembre de 2020

Historia de la Medicina de la Ciudad de Sigüenza


Sanz Serrulla, Javier: “Historia de la Medicina de la Ciudad de Sigüenza”. Aache Ediciones. Guadalajara, 2020. Colección “Proyecto Lucena” nº 4. 248 páginas. Numerosas ilustraciones. Encuadernación en tela. ISBN 978-84-18131-16-5. PVP.: 25 €. 

La capacidad más que probada del profesor Sanz Serrulla para indagar en los anales de la Historia de la Medicina Española, ha dado una vez más un copioso fruto en este libro que, además, considera el autor como preferido, pues se trata de la historia de la medicina, en su ciudad natal, la castellana población de Sigüenza (ahora mismo en proceso de examen para acceder al título de Ciudad Patrimonio de la Humanidad).
Con un formato elegante, muy bien editado, es un libro que a los seguntinos, y a los guadalajareños todos, servirá para mostrar con orgullo como, a lo largo de los siglos, esta ciudad tan significativa ha tenido voz tan alta y tan clara, en el mundo de la Ciencia. Ojalá que muchas otras ciudades pudieran tener un libro similar, que incluya al detalle los mil y un avatares que médicos y población han pasado para hacer un mundo mejor, unas ciudades mejores.

Contenido del libro 

Comienza este libro con el prólogo que le pone el académico y profesor Diego Gracia Guillén, una de las figuras más relevantes del pensamiento científico-médico español. Quien hace un resumen cumplido de su contenido. Pero el mejor resumen lo debe poner el lector, cuando lo acabe. Tarea fácil porque el libro es ameno, completo y enjundioso. Una tarea, la que acomete el profesor Sanz Serrulla, complicada y sugerente: la de hacer una historia de la actividad médica en la ciudad de Sigüenza, a lo largo de los siglos. 

Con documentos, archivos, testimonios, recuerdos y evidencias, en una tarea seriamente histórica y concienzuda. Por estas páginas desfilan las instituciones que han ejercido su tarea sanitaria en la ciudad, como son los hospitales, el Cabildo catedralicio, el Concejo ciudadano, la Universidad, y más modernamente las estructuras sanitarias del Estado. De otra parte, y tras meticulosa indagación, surgen los nombres de los profesionales (médicos, boticarios, cirujanos-barberos, comadronas, enfermeros y enfermeras, etc.) que han dado vida a esa dedicación secular. Muy ilustrado con imágenes antiguas, retratos, firmas, documentos, instrumentos, etc. 

No cabe duda que este libro, por el detalle de su ejecución, y por lo que supone de “intrahistoria” de Sigüenza, será un jalón más que va a contribuir a la tarea de conseguir la declaración para esta ciudad de “Patrimonio de la Humanidad”. 

El autor 

El profesor doctor Francisco Javier Sanz Serrulla (Sigüenza, 1957) es actualmente Académico de Número de la Academia Nacional de Medicina de España, ocupando el sillón de los más destacados historiadores de la Medicina. El sitial se lo ha ganado a través del muchos años, de mucho trabajo, de mucha dedicación y de mucho entusiasmo. 

Hoy es considerado uno de los más prestigiosos médicos historiadores de nuestro país. En la editorial Aache tiene muchas otras muestras de su quehacer. Por ejemplo, las introducciones de los 10 libros hasta ahora editados constitutivos de la Colección “Clásicos de la Odontología Española”, sus monografías sobre dos médicos seguntinos como son Juan del Castillo y Antonio Pérez de Escobar, y especialmente su reciente “Diccionario histórico de Autoridades Científicas de la provincia de Guadalajara”.

La conjura de Guadelmar


 


David Pérez: “La conjura de Guadelmar”. Editorial Tébar Flores. Madrid, 2020. 300 páginas. 

Por la puerta de los libros locales entra esta novela de David Pérez, y lo hace por dos razones: porque el autor es un DGTV (De Guadalajara… de Toda la Vida…) y porque la acción trepidante de este thriller socio-político se desarrolla en una Guadalajara reciente, aunque con un ligero cambio: esta no está en la Alcarria, sino al borde del mar, en una costa acantilada, con un puerto, y una pequeña islita, enfrente, batida por las olas, que se llama Cabanillas. Entre Guadelmar (la Guadalajara del Mar) y la isla de Cabanillas, se mueven los personajes, que viven y trabajan en esta ciudad en cuesta, y que deciden tomarse la justicia por su mano al ver cómo un grupo de delincuentes (bajo las siglas de grupo un político de corte independentista) campan a sus anchas por todo el país, matando, robando, secuestrando y haciéndole sucesivos cortes de mangas al resto de los españoles. 

La historia puede resumirse en un par de páginas, pero el contenido es muy sustancioso, no sobra nada, y se hace en él, por un lado, una descripción sorprendente de nuestra Guadalajara (literaria y emotiva) con unas referencias sorprendentes a una geografía de ensueño, de tal modo que solo una persona que conozca muy muy bien el pulso vital de esta ciudad puede dar una versión (histórica, geográfica y costumbrista de ella). Pero además el autor medita, con amplitud y profundidad bien documentada, en las raíces de ese sarcástico revolutum que supone la actividad de un grupo de delincuentes mafiosos de la peor calaña, en medio de un país que unas veces les aplaude y otras se enfada con ellos. 

David Pérez tiene una larga trayectoria como escritor, es un humanista que ha tocado la poesía, el periodismo, la performance literaria, la denuncia política y la novela. Esta que puede calificarse de atrevida crítica y emocionante aventura contiene todos los ingredientes de la novela de suspense, y lo demuestra con una explicación final que desvela misterios subyacentes. “La conjura de Guadelmar” de David Pérez debe ser recibida, al menos entre sus paisanos, con calor y aplauso. Porque demuestra cariño al terruño, y mucha sabiduría en la construcción de un relato entretenido.

23 de julio de 2020

Diccionario histórico de Autoridades Científicas de la provincia de Guadalajara

La obra que aquí se comenta va a convertirse, sin duda, en una de las más importantes de la bibliografía alcarreñista, al presentar en un gran diccionario histórico (no incluye todavía a los vivos que en él podrían caber) la suma de personajes cuya actividad ha estado netamente inclusa en el campo de las ciencias experimentales, a lo largo de los pasados siglos.
Recoge en forma de fichas, organizadas por orden alfabético de apellidos, con índices finales de nombres y actividades, un centenar de biografías de individuos que desde el primer Renacimiento, hasta nuestros días, han destacado en alguna de las ramas de la Ciencia, predominando sin duda los relacionados con los temas biológicos (médicos, farmacéuticos, hidrólogos, botánicos…) seguidos por los científicos puros de la física, la química y la matemática, más una buena representación de los ingenieros, especialmente relacionados con la Aeronáutica y la creación de ingenios destinados a la navegación aérea.
Muchos de ellos nacidos en términos de la provincia, otros sin embargo vinieron aquí en algún momento de sus carreras, como profesores universitarios (en Sigüenza) o como funcionarios casi siempre relacionados con la Enseñanza, para dejar en Guadalajara una parte importante de su saber y de su actividad investigadora.
Si todos ellos son importantes por una u otra razón, algunos como Huarte de San Juan, Casal, Creus y de Vega están en la vanguardia de la ciencia médica en España, y otros como los ingenieros Vives, Herrera, Ortiz de Echagüe y Barberán suponen un puntal capital de la aerostación hispana.
Todas las fichas van ilustradas con retratos de los personajes biografiados, sus firmas, portadas de sus obras y lugares donde ejercieron. La ficha consta, además, siempre de la misma estructura expositiva, con lugar de nacimiento, fechas extremas de la vida, materias en que destacó, fuentes de los libros y escritos producidos por el científico, y bibliografía crítica y documentos complementarios. 
Este libro, que tiene una estructura académica clara, sin ser divulgativo en sí mismo, sí que va a proporcionar a los que quieren saber de la honda raíz de nuestras gentes, un elemento abundante y contrastado en torno al elemento humano que durante siglos ha ido moldeando la forma ser, y poniéndole marcos y luces, a la vida provincial. En su relación queda evidente, precisamente, esa riqueza de orígenes y esa variedad de caminos que han devenido en nuestra idiosincrasia actual: hay en la lista Mendozas ilustres, y también gentes nacidas de los más humildes orígenes de aldeas lejanas. Los hay que por las riquezas de otros aquí llegaron, y muchos, quizás la mayoría, que llegaron a sus cimas personales gracias al entusiasta empeño de unas bien guiadas rutas vitales.
El libro, apoyado en su edición por la Exmª Diputación Provincial de Guadalajara, que así contribuye a la promoción de la cultura escrita y los saberes científicos de nuestra provincia, ha sido editada por Aache e incluida como número 3 en su Colección “Proyecto Lucena” para libros de temática netamente provincial. Encuadernado en tela, con estampaciones en oro, sobrecubierta a color, y un total de 500 páginas que se leen de corrido.

Los autores

Dos prestigiosos médicos/historiadores naturales de la provincia, han sido los responsables de este trabajo de décadas. Con absoluta brevedad, dejamos aquí las notas biográficas de ambos.
Javier Sanz Serrulla (Sigüenza, 1957) Médico, especialista en Estomatología, cursó sus estudios en la Universidad Complutense de Madrid. Doctor en Medicina, en Odontología y en Historia por dicha Universidad, de la que actualmente es profesor en la Unidad de Historia de la Medicina. Académico de Número de la Real Academia Nacional de Medicina de España, es autor de más de una treintena de libros sobre diversos temas de Historia de la Ciencia, entre ellos “Historia General de la Odontología Española”.
Antonio Herrera Casado (Guadalajara, 1947) Médico, especialista en Otorrinolaringología, cursó sus estudios en la Universidad Complutense de Madrid. Doctor en Medicina e Historia de la Ciencia, por dicha Universidad, y profesor emérito de Otorrinolaringología de la Universidad de Alcalá de Henares. Académico Correspondiente de la Real Academia de la Historia, es autor, entre otros títulos, de la “Historia de la Otorrinolaringología en España”.

7 de junio de 2020

Brújula poética

Brújula. Poesía de / en Castilla-La Mancha (50 años; 50 nombres; 50 poemas). Editorial Almud. Biblioteca Añil Literaria. Toledo, 2020. 124 páginas.

Sencilla y elegante la edición de este último número de la Colección Biblioteca Añil Literaria. Con una pintura de Trinidad Fernández, el editor Alfonso González-Calero nos ofrece una peculiar antología de la poesía en nuestra Región, a través de 50 poetas y a lo largo de 50 años … el caso es que siempre vienen bien estas tareas de recopilación, de detenerse un minuto y echar cuentas: de quienes son, de lo que han hecho, de cómo lo han hecho.
Tras una breve introducción explicativa, González-Calero nos ofrece (dedicando dos páginas a cada uno) el nombre, las fechas de su vida, el retrato, la abreviada biografía, un comentario a su obra, y una pieza de su repertorio. Empieza por Juan Alcaide (que nació en 1907)  acaba con Amparo Ruiz Luján, que lo hizo en 1956.
Los analistas de la poética persiguen muy a menudo encuadrar a cada poeta en un grupo, en una generación, o en un estilo. Y creo que esto es muy difícil, porque todo poeta que haya leído (se supone que para ser poeta hay que haber leído mucho) tiene raíces en muchos campos, y hojas de todos los colores. La poesía es una planta que crece en el corazón, peor se riega con lecturas, amistades, viajes y sufrimientos. Quizás haya algo común en todos estos antologizados poetas: que han desarrollado su obra en el siglo XX, y que han tenido ante los ojos una tierra (fundamentalmente la manchega) que te pide que la antes, que la manejes con ganas, que la añores siempre.
De Guadalajara hay varios y fundamentales representantes en esta antología. Porque trae a José Herrera Petere, con su poema al padre muerto en el destierro, y a José María Alonso Gamo, el poeta de Jadraque que ganó el Premio Nacional de Literatura en 1952. Desde Ramón de Garciasol, de Humanes, a Antonio Fernández Molina, que anduvo por Guadalajara fundado “Doña Endrina”. Desde Francisco García Marquina, hoy residente en El Cañas, hasta Julita González Barba, la Julie Sopetrán de “Nueva Alcarria”. Completando la nómina con Alfredo Villaverde Gil, capitán de los escritores alcarreños, hoy todavía.
Un libro que se hace entrañable, a la que se pasan sus páginas, y querido, cuando se lee su contenido, sus saberes, sus decires limpios. Con la poesía se construye la Región, y se da paz a los espíritus, que hoy más que nunca la necesitan.

28 de mayo de 2020

Miedes de Atienza en el confín

Javier Ortega Alcaide:
Aache Ediciones. Colección “Tierra de Guadalajara” nº 112.
Guadalajara, 2020. 202 páginas.
ISBN 978-84-18131-11-0. PVP.: 15 €.

Aunque este pueblo serrano tenía ya elaborados y publicados algunos apuntes de su historia, llega ahora el arquitecto Javier Ortega aportando un gran libro sobre la historia y el patrimonio de esta localidad, Miedes de Atienza, en el confín con Soria. Se trata de un lugar fronterizo, al pie de una sierra por la que cabalgó, en su día, el Cid Campeador, en cuyo poema se menciona expresamente este lugar como de paso.
El autor analiza con meticuloso pormenor el conjunto de cavidades primitivas que existen en el término, con especial atención a la cueva que hay en la roca sobre la que se sustenta la ermita de Nuestra Señora del Puente, que viene a ser lugar de habitación y culto durante el periodo visigodo. Muchas otras cuevas, y hallazgos arqueológicos dan prueba de la importancia que este lugar tuvo en siglos primitivos. Además se extiende en el análisis de los restos romanos, visigodos y árabes, para pasar luego a la enumeración de señoríos, personajes, hazañas y edificios que restan de un pasado denso y glorioso.
Aquíi consideramos que debe resaltarse el núcleo del libro, dedicado a la reseña y estudio de las cavidades distribuidas por el término. Espeicalmente la que aparece tallada bajo la roca que sostiene la ermita de Santa María del Puente. Está en un altozano, sobre el pequeño valle del río Pajares, en cuyas orillas se abren otras cuevas, como las de El Espinarejo, tres más en Los Villarejos, y otra en Corral García. Similares entre sí, talladas sobre la roca arenisca de los bordes del valle, tienen amplios interiores con bancos, alacenas y capillas. En las rocas, se aprecian inicios de más tallas, que no llegaron a completarse, y un detalle muy revelador, el de los mechinales que aparecen perforados sobre las entradas y más allá, denotando el uso que tuvieron de parapetos, o cabañas construidas a la entrada de la cueva, que vendría a ser como capilla, o residencia de ermitaño.
Lo que se evidencia, leyendo este libro de Ortega, y aprendiendo de él, es la enorme base patrimonial, en punto a cuevas y eremitorios de origen visigodo, que existe todavía hoy en este término municipal de Miedes. Y nos cuenta además, por descripción, y por análisis documental, que en el actual término de Miedes hubo además otros tres pueblos, hoy ya abandonados completamente, que fueron “Santa María de la Puente”, “Torrubia” y “Las Casillas”.
Además, por el término se encuentran numerosos enclaves primitivos, quizás castros celtibéricos, poblados visigodos, aldeas medievales…. El “Castro de Perniles” que fue en su origen habitáculo celtibérico, debió tener una vida muy prolongada en los siglos iniciales de nuestra Era, porque aún en época visigoda tenía ocupación. En él se ven tallados en la roca numerosos intentos de perforación, pero también mechinales, y silos. En Santa María del Puente, que se puede localizar muy bien pues está en pie todavía una gran ermita visible en la distancia, debió haber un amplio poblado en torno a la roca, donde estaría la capilla, o la residencia del mandatario religioso. El ambiente de ese entorno es realmente mágico, como sonoro.
La Cueva de Corral García es otro lugar a tener en cuenta: enorme, bien tallada, con diversas estancias comunicadas por pasadizos. En la más grande, hay un banco corrido, y muchos detalles incluso grabados de cruces y signos sobre los muros. Javier Alcaide parece decantarse por su origen celtibérico, arévaco, como hasta hace poco se fechaban todos estos lugares, pero los estudios de Daza y otros apuntan a que realmente su origen es visigótico. En todo caso… más de 1.500 años tiene estas cuevas, estos restos habitacionales y estos recuerdos patrimoniales de unos pueblos que hoy siguen (aunque a tranca y barrancas) vivos y latientes.
Este libro será especialmente bien recibido por los amantes de esta tierra silenciosa y expresiva, la Sierra Norte de Guadalajara.

6 de abril de 2020

Budia, corazón de la Alcarria

Bermejo Millano, J.J.; Herrera Casado, A.: "Budia, corazón de la Alcarria". Ediciones AACHE. Guadalajara, 2005. 232 págs. ISBN 978-84-96236-39-4. PVP.: 15 €.

Todos los pueblos deberían tener ya su historia escrita. Los anales más o menos abultados de su devenir secular, puestos en letra de molde, para que las siguientes generaciones los conozcan y defiendan. Y no solo la historia: también el patrimonio, el costumbrismo, las destacadas singladuras de la naturaleza, los personajes que allí nacieron, las coplas y canciones, etc. Budia tiene todo eso en cantidades abundantes.
Algunos datos: de historia, cosas sorprendentes, que los autores de este libro analizan a cuento del Catastro del Marqués de la Ensenada. Nos dicen como en la segunda mitad del siglo XVIII, la industria de los curtidos en Budia era muy fuerte, dando ocupación a cientos, a miles de personas, y vendiendo sus productos en la Corte, donde apreciaban esas pieles tratadas y curtidas en Budia como de altísima calidad para hacer muebles, encuadernar libros, forrar altares y reforzar cualquier elemento sujeto a golpes.
De arte, las dos tallas de madera policromada que aparecen hoy en el presbiterio de la iglesia parroquial, a ambos lados del altar mayor. Son el Ecce Homo y la Dolorosa tallados personalmente por Pedro de Mena, el artista que a mediados del siglo XVII talló estas preciosas y emotivas figuras por encargo del coronel de los reales ejércitos don Ambrosio Sáez Bustamante. 
De arquitectura, el templo de los frailes carmelitas, prodigio de elegancia de formas y volúmenes. 



De costumbres, la Sampedrá olorosa y sonora, la fiesta más “rara” de la provincia en la que participa, según dice la leyenda, el mismísimo diablo, pues Pedro Botero, que es uno de los nombres por el que se le conoce, debió trabajar en las tenerías y talleres de curtición de Budia, y en esa fiesta dedicada a San Pedro que se hace quemando los restos de pieles, los fragmentos de botas rotas, y la mezcla de insufrible olor de lo que sobró a lo largo del año,  entre los enmascarados danzarines, sudorosos y “asfixiaos” de calor y humo, está siempre el diablo. 
Esta obra que lleva por título “Budia, corazón de la Alcarria” y tiene por autores de los textos a Juan José Bermejo Millano y Antonio Herrera Casado, consta de 232 páginas en gran tamaño, y se ilustra de cientos de fotografías, la mayoría en composiciones a todo color.
Ofrece mapas del término, referencias a todos los temas importantes de su historia, arte y costumbrismo, y aún estudia con detenimiento esos mismos elementos de Valdelagua, un antiguo despoblado que, anejo al Ayuntamiento budiero, hoy es lugar revitalizado y en marcha. 
Personajes de tono eclesiástico (Budia fue conocida en tiempos antiguos como “el pueblo de los Obispos”), artístico, literario y teatral, cinematográfico y político, a pesar de su tradicional aislamiento ha sido capaz de generar gentes que han llevado su nombre con honra por todo el mundo. Entre ellos, el Nóbel Camilo José Cela, que aquí escribió algunas de sus mejores páginas; el dramaturgo Manuel Catalina, y el filántropo e historiador Andrés Falcón y Pardo, al que cuando este libro apareció se rindió homenaje, con la inauguración de una calle en la memoria que se le debía.